En esta sección se proporcionan respuestas a algunas de las preguntas que con mayor frecuencia se plantean los pacientes.
Contraste en imagen es la diferencia relativa en intensidad que existe entre un punto de una imagen y sus vecinos. En radiología un contraste o agente de contraste (MC) es una sustancia que al ser administrada mejora la visualización de algunas estructuras.
Estas sustancias químicas tienen la capacidad de ayudar al reconocimiento de la patología y a su caracterización, ya que en función de su pauta de administración y el tiempo en el que se adquieren las imágenes, se pueden establecer diferencias entre tejidos de distintos tipos y tejidos alterados y se pueden analizar los vasos sanguíneos. También se puede obtener información funcional además de la anatómica. No todos los estudios de imagen requieren el empleo de MC.
Dependiendo de la modalidad de imagen diagnóstica (Rx-TAC, RM, ecografía, estudios gastrointestinales) se han desarrollado medios de contraste específicos que pueden tener incluso diferentes vías de administración.
Los medios de contraste yodados son los principales agentes de contraste para su uso en imágenes radiográficas, fluoroscópicas, angiográficas y de TAC. Son un grupo versátil de agentes utilizados para la administración intravenosa, oral y otras vías, como la uretral y la intraarticular.
Los medios de contraste basados en gadolinio son los agentes utilizados para la gran mayoría de las exploraciones por IRM con contraste. Su vía de administración más frecuente es la intravenosa, pero también se utiliza la intra-articular.
En los últimos años, para el estudio de determinadas patologías, se vienen empleando también agentes de contraste en ecografía, especialmente para caracterización de lesiones hepáticas y renales y para el estudio de reflujo gastrointestinal y vésico-ureteral en niños pequeños. Estos contrastes consisten en microburbujas de gas que tras ser inyectados intravenosamente viajan por la sangre a todos los órganos.
Los medios de contraste de sulfato de bario se han utilizado durante muchas décadas y están bien establecidos como agentes orales para el examen del tracto gastrointestinal. Su uso está generalmente restringido a exámenes radiográficos y fluoroscópicos. Sus vías de administración son la oral y la vía rectal. Ocasionalmente, también se pueden utilizar para el examen por TAC del tracto GI (como en la colonografía por TC en pacientes alérgicos a los medios de contraste yodados).
El empleo de medios de contraste (MC) es una práctica habitual en la realización de muchos de los estudios de imagen que se realizan diariamente, ayudando a proporcionar diagnósticos fiables que contribuyen de manera decisiva a la elección del tratamiento a emplear y a establecer las actuaciones a realizar. Cuando se emplean correctamente son medicamentos bastante seguros. Aproximadamente se realizan con inyección de contraste en el mundo la mitad de las exploraciones mediante TAC y entre un tercio y la mitad de las RM.
Como cualquier medicamento, pueden ocasionar efectos adversos. La mayoría de las reacciones adversas son leves, pero de forma muy poco frecuente pueden producirse reacciones severas e incluso la muerte (en caso de contrastes yodados entre 2,1 y 9 casos por millón de inyecciones de contraste).
Los servicios de radiología tienen la equipación adecuada para tratarlas y con protocolos de actuación establecidos en los que participan los profesionales de los mismos así como los del servicio de urgencias de forma coordinada.
La mayoría de las actuaciones médicas sobre el paciente se producen bajo un consentimiento tácito y sobreentendido o con consentimiento verbal por el paciente. En procedimientos más invasivos o que están asociados a riesgo mayor o en los que existen alternativas al procedimiento, se requiere que el consentimiento informado sea presentado por escrito. Habitualmente estos documentos contienen la información escrita relevante y comprensible relativa al procedimiento a que se va a someter al paciente, explicándole los riesgos y beneficios y se puede complementar con información o aclaraciones verbales. Existen algunas excepciones como la que se produce en una emergencia médica para prevenir daños irreversibles.
Este documento está planteado como una herramienta para garantizar el derecho de todo paciente a recibir información adecuada sobre una actuación médica que le permita decidir libremente si se somete a la misma o no. Tras recibir la información y aceptar someterse voluntariamente a la prueba o tratamiento, el paciente firma el documento del consentimiento informado.
La normativa legal indica que el consentimiento informado debe ser escrito en los casos de procedimientos diagnósticos o tratamientos invasivos o en el caso de riesgos significativos. El riesgo asociado a la administración de un medio de contraste es muy bajo (menor que el de muchos medicamentos con uso extendido como los antibióticos y los AINEs), pero la mayoría de los servicios de radiología proporciona a los pacientes esta información y el documento escrito del consentimiento informado. El médico peticionario y el profesional responsable de la prueba deben valorar la necesidad de la misma y proporcionarle la información necesaria.
La realización de test intradérmicos no ha demostrado ser de utilidad para minimizar el riesgo de reacción.
Aunque los MC (yodados y gadolinio) pueden cruzar la barrera hemato-placentaria y pasar al feto en cierta cantidad, no hay evidencia de que se puedan producir malformaciones en los estudios realizados en animales ni se ha reconocido un aumento de la frecuencia de las mismas en los casos en que se han realizado estudios a pacientes. Tampoco se ha documentado que produzca lesión de la glándula tiroides (hipotiroidismo) en el feto.
La cantidad de agentes de contraste que pasan a la leche materna oscila entre el 0,01 y el 0,5% de la dosis intravenosa administrada. De esta cantidad menos del 1% llegará al intestino para ser absorbida. Esta cantidad se considera segura y sin riesgo para el lactante, de forma que no es necesaria la interrupción de la lactancia.